Camborio, Mariana y Rosita
Bernarda, Belisa y Yerma;
La Novia, el Niño, la Niña
Sueñan con la prima Aurelia.
Ya la vienen a buscar
al alto del Albayzín
al escondido jardín
donde prohíben llorar.
Luz y sombra, vida y muerte.
Todos sueñan con el mar
y se van con la corriente:
La acequia de Aynadamar.
En un aljibe Mariana
no deja de considerar,
Quién ha podido en Granada
A Federico matar
tan cerquita de la fuente
del agua de Aynadamar.
Camborio verde en la tarde,
azul en la madrugada,
imaginando asesinos
está afilando navajas.
Nada lo puede calmar.
los buscará por la fuente
del agua de Aynadamar.
Y doña Rosita soltera
no se permite llorar
Está esperando que vuelva.
No se cansa de esperar.
Día y noche por la fuente
del agua de Aynadamar
Por los ríos de Granada
Yerma busca al Niño muerto
que ahora vive en la Cashba
junto a un sepulturero.
¿Quién le dará de mamar?
¡Qué beba agua de fuente,
agua de Aynadamar ¡.
Ya se ha vuelto a su jardín
Belisa con Perlimplín
y no le quiere decir
que pronto se va a morir.
Sabe que la enterrarán
muy cerquita de la fuente
del agua de Aynadamar.
De la casa de Bernarda
han quitado las ventanas.
Desde un alba a otra alba
nadie sale de esa casa.
¿Cómo la van a encalar
sin el agua de la fuente,
sin agua de Aynadamar?.
Nadie sabe en la ciudad
cuando la boda será
La Novia vestida está.
Sangre de toro y azahar
va fluyendo por la acequia
que viene de Aynadamar.
Y cuando llega la noche
todos se van a buscar
a Federico a los campos
para con él conversar.
Nadando contracorriente
la acequia de Aynadamar.
Fuente de lágrimas blancas
y anémonas de la mar.
Nadie los pudo encontrar
aunque hicieron el camino
entre Víznar y Alfacar.