ANTÍTESIS A MANHATTAN 

 

 
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Antítesis a Manhattan es una obra críptica en la misma línea que el Paraíso Cuántico, aunque con longitud de entremés y vocación de charla dramatizada. Escrita también en verso, trata de refutar las inexactitudes y embelecos de Copenhagen, la obra de Michael Frayn, la cual, a pesar de su gran éxito de crítica y público, además de contener errores científicos de bulto, es tendenciosamente ambigua en la interpretación de los hechos históricos. En Antítesis a Manhattan el diálogo es entre Enrique y Margarita, a los que se suman la Sirena de la capital danesa y el mismísimo Fürher, en una mezcla anacrónica e imaginaria cuyo principal objetivo es divulgar las ideas de la complementaridad y dualidad,  claves en la llamada interpretación de Copenhagen, su influencia en la religión y en la política de la primera mitad del siglo XX, así como las consecuencias nefastas de los deseos de poder de ciertos científicos protagonistas de dicha interpretación.  

DRAMATIS PERSONAE:

 Enrique: Hosco, colérico e hirsuto, sus palabras rompen frecuentemente  el silencio como ladridos. Va por todo el escenario como un perro levantando la pata y orinándose por todas las esquinas y gruñendo. No da la impresión de ser muy inteligente ni cabal ni sincero. Ha de representar lo que tiene de injusta, plagiadora y mafiosa la ciencia a la que daría lugar el cambio de manos a las sociedades anglosajonas.

 Margarita: Mantiene el control en todo momento pese a los exabruptos de Enrique. Elegante y muy inteligente. Es como un palo erguido y recto con aspiraciones de látigo flagelador de los vicios de los científicos. Es casi una Mary Poppins.

 Sirena: Juega el papel de la ciudad de Copenhagen a la que en todo momento orgullosa representa. Más que desplazarse por el escenario se ha de deslizar rápidamente de forma suave, inesperada y silenciosa, a golpes de sus aletas imaginarias como si la escena estuviera llena de agua. Nunca mira a los otros personajes.

 Campesino: Negro y triste. Completamente desconexo de los demás personajes. De alguna manera ha de poner de manifiesto el horror fascista y el racismo galopante de los países ricos respecto a los países deprimidos en la reciente reunión sobre el cambio climático celebrada en Copenhagen.

 Hitler: Brutal y cobarde. Ridículo y desvalido. Ha de representar la maldad y la extrema locura. Habla con un profundo acento alemán, quedando siempre en evidencia su incultura y el remilgado conocimiento de ciertos pasajes de los clásicos. Dentro de lo extremo de la maldad de su personaje debe dar lugar a sonrisas por lo grotesco de sus acciones. 

 

Dirección, Texto y Música: Pedro Félix González