FEDERICO GARCÍA LORCA.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dice el Bufón en el Milagro de la Casa de Campo: “Si al único que rescatamos/ de tan absurdas escenas/ estos monstruos lo mataron/ ¿dónde en fin trabajaremos?/ ¿con qué sol nos alumbramos?”. Como este Bufón se sienten muchos cuando penetran por los mentideros del teatro español de hoy en día. Y eso que Federico iba para ser la respuesta del siglo XX al teatro del Siglo de Oro. Que iba y que fue. Por la fuerza y originalidad popular de sus personajes, por la calidad de sus textos, por la extraordinaria belleza de sus versos y canciones – formas poéticas nuevas en el teatro, por las alucinantes escapadas de sus símbolos a través del espacio y del tiempo. Nunca comprendió el bárbaro carnicero el daño que nos hizo a todos cuando su rabia ignorante abrió los manantiales de sangre del poeta, cuando…

... se hundieron las formas puras
bajo el cri cri de las margaritas,
comprendí que me habían asesinado.
Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias,
abrieron los toneles y los armarios,
destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro.
Ya no me encontraron.
¿No me encontraron?
No. No me encontraron.
Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba,
y que el mar recordó ¡de pronto!
los nombres de todos sus ahogados.

Para saber más sobre su vida y obra:

 http://es.wikipedia.org/wiki/Federico_Garc%C3%ADa_Lorca

 Pero, sobre todo, ¡ leedlo !