A
mediados de agosto de 1936 Federico García Lorca fue detenido en casa del
falangista Luis Rosales por otros fascistas posiblemente enviados desde el
gobierno civil de
la Granada
sublevada. Esta es una historia ya contada muchas veces. En este breve
entremés nos valemos de fragmentos de la obra del genial escritor granadino
para figurarnos la que pudo ser recepción y juicio sumarísimo del poeta
por parte del teniente coronel jubilado de
la Guardia
Civil
Velasco Simarro, al que algunos han acusado incluso de ser la pieza clave de
la detención y asesinato de Federico. Dentro de nuestro objetivo de
divulgar la física, esta obra pone de manifiesto, a través sobre todo de
la puesta en escena de sus dos cuadros, la naturaleza predictiva de la poesía
y del teatro que, como si fueran soluciones patológicas de las ecuaciones
de Einstein de la relatividad general, son capaces de trazar curvas cerradas
temporales hacia el futuro para traer al presente información del porvenir,
violando de esta forma la causalidad.
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